Justamente el día de mi cumpleaños fui invitado por la tienda Sicario a la presentación de su línea Vals Vintage by Sicario. La tienda, ubicada en la Ciudad de México, vende ropa para chicos, libros y otras novedades y es famosa en estos rumbos, entre otras cosas, por su amplio surtido en camisetas.
Al llegar, corrí a inspeccionar la ropa. Imaginaba una colección de prendas con inspiración vintage y eso parecía a primera vista. Después de revisar los anaqueles, me di cuenta que las prendas eran de épocas pasadas y tenían algo que las hacía ver muy favorecedoras y actuales.
¿Cuál es el problema principal de la gente que compra vintage? Y no me refiero a los que se van a Paris a encontrar un YSL que perteneció a Paloma Picasso o los que compran un Halston, un Chanel y una Birkin en Decades, Inc. La gente común y corriente como nosotros suele encontrar en bazares y mercadillos piezas asombrosas de los 50 en adelante pero usualmente la talla se interpone entre nuestra felicidad. O los botones y los cierres.
A mí me ha pasado: en enero compré un trench coat maravilloso y útil como ninguno: me ha salvado de lluvias torrenciales y del frío. Pero me queda un poco grande y las cremalleras no sirven. Y como mi trench, hay cientos de vestidos, abrigos y trajes fabulosos con los mismos problemas.
La ventaja de Vals es que las prendas están arregladas. No sólo eso: les dan un toque especial para que no sea algo más de lo vintage. Ya saben que ahora todo, sin importar su calidad o belleza, nos ha sido vendido como vintage y eso dificulta la apreciación de una prenda interesante para los fans de lo retro.
Platiqué con Sofía Menasse, una de las creadoras del proyecto, y me dijo que se dedicaron a buscar prendas originales para poder ofrecer una colección fresca. Las arreglaron y les añadieron detalles que refrescaran el estilo de las prendas.
Otra ventaja es que en Vals coordinan sus prendas vintage con las tendencias del momento: uno de los vestidos presentados pudo haber estado en un desfile de Dries Van Noten. Otro vestido, de corte babydoll, tenía como cinturón un lazo marinero, como en la colección Resort de Chanel. Esa serie de pequeños arreglos lo hacen algo más que un conjunto de vestidos del siglo XX.
Una pequeña observación que me hizo Sofía es que Sicario las apoyó en el proyecto porque el poner una boutique les hubiera resultado demasiado costoso. En México, una de las experiencias más frustrantes de este mundo es lidiar con la burocracia, particularmente cuando se quiere abrir un negocio. No sólo es el papeleo, son los costos y los malos modos de las personas que atienden a los pequeños empresarios. Y a pesar de eso, las boutiques abundan en la ciudad. Por algo será.
Revolviendo entre las cosas de la colección, encontré algunos tesoros. El primero fue el abrigo de piel falsa que me probé. No me lo pude llevar, así que si van a la tienda y le quieren regalar algo a éste individuo que escribe, consideren el abrigo, jejeje. El segundo fue éste par de zapatos Gucci de los 70 a un precio más que accesible. Ustedes juzguen.
Además, pude encontrar algunos accesorios de Paola Hernández (no son parte de Vals pero se venden en Sicario). Entre ellos, este bolso que tiene un toque de los 50 y materiales más modernos.
Y un bonito vestido de Pepe Jeans, que espera pacientemente por una dueña.
Por ahora sólo he conseguido algunas fotos mejores (las mías son horribles) pero no he encontrado el video que proyectaron en la presentación pero la calidad de éste último fue muy buena. Sin palabras y prácticamente sin música, contaba una historia y usaba el espacio para que éste coexistiera con la ropa. Me dejó impresionado. Y además, una agencia de modelos (Paragon) colaboró en el video.
Por último, Vals tiene un blog, en el que pueden ver la campaña completa. Den click AQUÍ y conózcanlo.
GRACIAS A ALDO
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